En ella están volcados conceptos bioclimáticos. Se crea una gran cristalera al sur protegida por un amplio alero de 2.70 m.. De esta forma el sol de invierno mas horizontal, provoca al incidir sobre los ventanales un efecto invernadero, caldea la casa y contribuye a reducir el consumo de energía. El sol de verano, mas vertical, es obstaculizado por el amplio alero e impide un recalentamiento indeseado en esas fechas. La amplia cristalera proporciona al interior una gran luminosidad y reduce la necesidad de luz eléctrica. La ventilación cruzada permite una rápida disipación del calor en las noches de verano. La cubierta ventilada proporciona la reducción de la carga térmica que ha de soportar la cubierta en los meses estivales. Los huecos de las fachadas norte, este y oeste se reducen para evitar perdidas térmicas en invierno. Su planta es rectangular y su lado largo es el del sur, teóricamente la forma ideal para un edificio pasivo.
Por experiencias pasadas, con los materiales empleados en su aislamiento y los recursos de diseño utilizados, es de prever que la casa en verano esté a 23-25º, una temperatura confortable. Esa temperatura se consigue de forma natural, sin necesidad de aire acondicionado o del gasto que supone poner en funcionamiento el suelo radiante-refrigerante con el que también se dotó a la casa.
La cubierta está aislada con paneles de fibra de madera, (12+2 cm.) de alta inercia térmica. (Esto permite un gran desfase de onda térmica, de forma que la onda de calor tarda desde que llega hasta que entra, unas 10-12 horas, tiempo suficiente para que desaparezca el sol, y a través de una ventilación nocturna, deshacerse de algo de calor y prepararla para el día siguiente.
El acristalamiento empleado es doble acristalamiento Climalit Planitherm 4S, formado por dos vidrios laminados de seguridad Stadip Securit de 8mm de espesor (4+4) y Stadip Planitherm de 8mm de espesor (4+4) con butiral. El interior de la cámara está relleno de gas argón. Esto le dota a la casa de seguridad frente a la rotura de cristales y contribuye con su tratamiento de baja emisividad a mantener el calor en el interior de la misma en invierno.
La vivienda se proyecta por tanto a ras de suelo, sin semisótano o escaleras que la encumbre o la distancian del terreno, haciendo cómodo su acceso y el entrar y salir en verano o en primavera al porche y al jardín.
Los amplios aleros protegen las fachadas y sus carpinterías de las inclemencias invernales así como de la radiación directa en verano y permiten estar cómodamente bajo su sombra.
Artículo: Manuel Monroy